dinosauria
DINOSAURIA
JUNTO A UN TAJINASTE ROJO
Aunque
soy un machote
Siempre
me han gustado los cowboys.
¡Me
han puesto¡
Y
siempre les he elogiado con ese grito de animal
De
tanto aprecio por machos y hembras.
Algunas
veces
Por
circunstancias de la Vida
Un
cowboy y yo
Hemos
tenido que dormir en la misma cama
Pero
nunca uno encima de otro
Quizás
a veces, por el frio
Uno
detrás de otro, sí
Espalda
contra espalda
Sintiendo
las dos fuertes pelotas
De
cada uno de los dos
En
calderos o culos partidos muy tremendos.
-Cuídate,
hijo, me dijo la abuela
Cuando
supo que me iba con uno a Canarias.
Entre
cowboys hay mucho maricón, hijo
Como
les hay entre los curas.
-Sí,
abuela. Pero a mí no me importa
Si
me hace una paja mano macho o mano hembra
Con
el mayor tesón y fuerte empeño.
Qué
bien recuerdo ese día de autos
Cuando
mi amigo cowboy y yo
Estábamos
en Tenerife, Canarias
En
una habitación de hotel
Desde
la que veíamos el Teide
Con
una altitud de 3715 metros sobre el nivel del mar
Y
que, con nuestros miembros erectos
Llegábamos
a alcanzar su pico
Desde
nuestro lecho oceánico.
Cuando
se hizo de noche
Después
de un día de visiteo y copeo por Santa Cruz
Nos
metimos en la cama
Sin
cuidar de poner en el pomo de la puerta
La
etiqueta “Please Do Not Disturb”
Lo
que se hace comúnmente
Para
que la camarera de habitación
No
pueda encontrarse con el bostezo de la especie humana
Y
el cantar de los gallos
Que,
ahora, a las diez de la mañana
Llegaba
a alcanzar el Teide.
La
camarera de habitación entró
Muy
huidiza de sentimientos ella
Al
vernos a los dos juntos y desnudos
Advirtiendo
que nuestros lagartos tizón
Tenían
nieve en sus picos
Y
que del ojo de nuestros calderos o culos partidos
Salía
cierto humo como de fogón
O
de la caldera y el estratovolcán Teide-Pico-Viejo
Inquiriendo
la analogía
Diciendo,
entrecortada:
-Disculpen,
después vuelvo, cuando dejen la habitación.
Una
vez aseados y acicalados
Yo,
vestido de normal
Como
turista nacional
Y
él, con traje completo de cowboy
Al
estilo del Oeste americano
Desayunamos
en el bufete libre
Entre
hombres y mujeres, gallos y gallinas
Asnas
y jumentos.
Una
vez terminado el desayuno
Salimos
fuera del hotel
Advirtiendo
que, en su pared
A
la derecha de la puerta de entrada
Había
un bonito cartel anunciando
Por
encima de una gran carpa blanca
Instalada
en mitad del Parque Nacional
Patrimonio
de la Humanidad:
“VISITE
LOS DINOSAURIOS VIVOS
TRAIDOS
DEL MUSEO DE DINOSAURIOS
DE
SALAS DE LOS INFANTES, BURGOS”
Horario:
de 17,00 a 20,00 horas
Descuentos
a niñas y niños menores de 12 años”
-¿Qué
hacer? nos preguntamos los dos a la vez
Contestando
al unísono:
-Iremos
a verles.
En
un momento, alguien se acercó a nosotros
Diciéndonos:
-¿Saben
ustedes?
Cuentan
que se ha escapado una Dinosauria
De
singularidad biológica
Y
que anda por la Cotona forestal del parque.
Nosotros
dos decidimos ir a buscarla
Sin
juntarnos con la gente y agentes que la buscaban
Marchando
a través de la carretera Boca Tauce-Chío.
El
paisaje era sobrecogedor
Mire
como se mire.
El
contraste se daba
Por
las guaguas y coches que nos pasaban
Dejándonos
atrás.
En
el camino, casi pisamos reptiles únicos
Como
el lagarto tizón
El
perenquén y la lisa.
Algunos
pájaros
Como
el cernícalo, el alcaudón real, el pinzón azul
Nos
cagaron en la cabeza.
Siguiendo
a un muflón de Córcega
Él
nos llevó hasta una Dinosauria muy soberbia y confiada
Pues,
ella, junto a un Tajinaste rojo (Echium wildpretii)
Pisando
violetas (Viola cheiranthifolia)
Se
tocaba el órgano sexual
Que
destacaba en el paisaje volcánico
De
las Cañadas del Teide.
Su
postura junto al Tajinaste rojo
Y
sobre las violetas
Era
de fotografía y postal admirables.
Cuando
se corrió la voz por el aire
De
que habíamos encontrado la Dinosauria
Mi
amigo y yo
Que
no estamos hechos al rumor asinino de los hombres
Huimos
precipitados como ciervos
Dejando
a las gentes y los agentes libres el campo
Bendiciendo
nosotros el habernos encontrado, primero
Con
la Dinosauria
A
quien, a la tarde, aplaudiríamos
Y
vitorearíamos
Junto
con el regocijo de las gentes.
-Daniel
de Culla
Dibujo proporcionado por el autor.